jueves, 26 de noviembre de 2015

Barbarescos y Barolos

Después de una gran añada, siempre viene otra…

Qué grande la frase que Juancho Asenjo nos dio. No recuerdo el autor, que también lo dijo, pero lo que importa es la moraleja: no guardes mucho tiempo esa botella porque corres el riesgo de perderla y además, siempre habrá otra en camino.

Cata de Barbarescos y Barolos con el maestro Asenjo (@juanchoasenjo), en casa de Jean Marcos, (www.larutadelvino.com, @larutadelvino1). Gran enamorado de la Nebbiolo, (según él, su grupo sanguíneo es Nebbiolo positivo), el maestro nos deleitó primero con parte de la historia de Italia y del Piamonte. Muy ameno en sus explicaciones, pasó a contar el modo de elaboración de los vinos de la zona, esa crianza hecha en enormes fudres hechos con roble croata de los bosques de Eslavonia.

Empezamos la velada con tres Barbarescos de diferentes zonas y distintas añadas: Campo Quadro 2005 de Neive, Giuseppe Cortese 2006 de Rabaja y Orlando Abrigo Vigna Rongallo 2005 de Treiso. Por desgracia el primero venía con corcho, así que no se pudo apreciar nada. Los dos segundos destacaban por ser vinos muy tánicos, muy largos y ciertamente amargos.



Los vinos eran de calidad, por supuesto, pero no mucho de mi estilo. Me resultaban demasiado ácidos.

Después pasamos a los Barolos y la cosa se puso seria. Cayeron cinco vinos más, también repartidos como los Barbarescos. Sarmassa 2007 de Azienda Agricola Brezza Giacomo e Figli; Barolo 2007 Brunate de Roberto Voerzio, de la zona de La Morra; Cavallotto Reserva Vignolo 2008, de Cavallotto Tenuta Brico Boschis, de la zona de Castiglione Falletto; Dardi Le Rose Bussia Barolo 2008 de Poderi Colla y Parafada 2011 de Azienda Vinicola Palladino, del pueblo de Serralunga D’Alba.





Comentó Asenjo que el pueblo de Serralunga tradicionalmente era donde los productores de Barolo iban a comprar uva porque le daba más presencia a sus vinos y por eso no había productores en el mismo. Por suerte, algunos decidieron embotellar sus vinos y de ahí se obtienen ahora unos vinos excepcionales.


En general los Barolos resultaban también muy tánicos y muy largos, si bien no eran tan ácidos como los Barbarescos y además estaban más equilibrados para mi gusto. Me gustó mucho el Parafada 2011 y sobre todo el Dardi Le Rose Bussia. Los cinco Barolos estaban muy ricos y es difícil elegir uno, Quizá el que menos me gustó fue el Brunate pero no es que no me gustase, sino que los otros cuatro me resultaron mejores.



En cualquier caso, y siendo una gran muestra de Barbarescos y Barolos, no son los vinos que compraría habitualmente. Tengo predilección por los vinos italianos y me gustan mucho otras denominaciones que he probado como Chianti, Chianti Classico, Morelino Di Scansano, Toscana, Rosso Di Montalcino, Rosso de Montepulciano, Sicilia o Alto Adige, que aun siendo menores en calidad, ofrecen buenos vinos. Pero donde mi corazoncito se estremece de placer es en Brunello. Ay, los Brunellos Di Montalcino. Otro día hablaré de mis Brunellos favoritos, que no son pocos. Y sí que es cierto que después de cada buen añada vino otra, pero qué recuerdo tengo de aquellas botellas.